Domingo 25.09.05. Salimos apurados al Allende en plena madrugada. El miedo y la inexperiencia nos llevó a creer que ya estaba por nacer. Llegamos y luego de una hora volvimos a casa. Todavía no era el momento.
A las 7 partí a lo que sería mi último torneo de ajedrez como hijo solamente. Me fue bien y a la noche regresé contento. Comí con mi novia, miramos tele y nos hicimos los que dormíamos, ya que la ansiedad nos consumía. En un par de horas nuestras vidas cambiarían para siempre.
Lunes 26.09.05. Cargamos el bolso con las cosas que durante un mes tranquilamente habíamos planificado. Eran las 8, las 9, las 10, las 11, éramos dos jóvenes emocionados. Mientras estaba en la sala de parto, aprovechaba cada momento libre para estudiar. Iba a ser un día difícil.
A las 15.40 un compañero me mandó un sms: “Adrián, te mandé el trabajo a tu mail, terminalo”. Cinco minutos más tarde mi novia, el médico y los llantos de mi nena me decían: “Felicitaciones”, construyendo así el mejor momento de mi vida.
Salí, les conté a todos los familiares allí presentes la buena noticia y luego le contesté el mensaje a mi compañero.
Me fui a la habitación a esperar a la flamante madre y en uno de los tantos manuales de “Cómo criar a tu hijo”, ensayé un boceto de lo que sería el trabajo que debía mandar.
Llegó ella, algo dolida pero tan feliz como yo. Pasamos la noche juntos…bueno mi novia en la cama y yo en la silla de al lado, pero...juntos al fin.
Martes 27.09.05. A las 11 me fui a un cyber, envié el trabajo, volví a la clínica, saludé y me fui a rendir Periodismo Idea. Salí, fui a buscar a la nueva integrante de mi familia, las llevé hasta casa y me retiré al trabajo. Sabía que mi vida había cambiado para siempre.
4 años más tarde…
Sí, tan joven como para ir a la facu, ir a un trabajo, ir al otro, volver a la facu, regresar a mi casa y tener ganas de jugar con mi hija.
Sí, tan joven como para aprender de ella mientras caminamos a la mañana hasta la guardería..”y creí, que todo te debía enseñar y me mostraste como caminar”.
Sí, tan joven como para hacer de Giordano mientras ella desfila.
Sí, tan joven como para inventarle historias todo el tiempo.
Sí, tan joven como para aprender el baile flogger con ella.
Sí, tan joven como para matar “choros” mientras hacemos las compras.
Sí, tan joven como para verla bailar reggeaton.
Sí, tan joven como para conocer el nombre de sus compañeritos.
Sí, tan joven como para alegrarme cuando se divierte viendo dibujitos.
Sí, tan joven como para emocionarme viéndola crecer.
Sí, tan joven como para cantar juntos la canción del Monse*.
Tan joven como para tener fuerzas para pasar de largo estudiando y luego trabajar todo el día…total sé que al final de la jornada me voy a poder acostar al lado de ella y con un beso me demostrará que todo tiene sentido.
Miércoles 08.07.09. Acabo de cumplir 23 años y ahora sé que la frase “Tan joven” no me persigue, me acompaña.
Los dejo porque hay dos personitas que me están esperando para festejar.
Saludos,
*Es un colegio de Cba donde hice el secundario.
A las 7 partí a lo que sería mi último torneo de ajedrez como hijo solamente. Me fue bien y a la noche regresé contento. Comí con mi novia, miramos tele y nos hicimos los que dormíamos, ya que la ansiedad nos consumía. En un par de horas nuestras vidas cambiarían para siempre.
Lunes 26.09.05. Cargamos el bolso con las cosas que durante un mes tranquilamente habíamos planificado. Eran las 8, las 9, las 10, las 11, éramos dos jóvenes emocionados. Mientras estaba en la sala de parto, aprovechaba cada momento libre para estudiar. Iba a ser un día difícil.
A las 15.40 un compañero me mandó un sms: “Adrián, te mandé el trabajo a tu mail, terminalo”. Cinco minutos más tarde mi novia, el médico y los llantos de mi nena me decían: “Felicitaciones”, construyendo así el mejor momento de mi vida.
Salí, les conté a todos los familiares allí presentes la buena noticia y luego le contesté el mensaje a mi compañero.
Me fui a la habitación a esperar a la flamante madre y en uno de los tantos manuales de “Cómo criar a tu hijo”, ensayé un boceto de lo que sería el trabajo que debía mandar.
Llegó ella, algo dolida pero tan feliz como yo. Pasamos la noche juntos…bueno mi novia en la cama y yo en la silla de al lado, pero...juntos al fin.
Martes 27.09.05. A las 11 me fui a un cyber, envié el trabajo, volví a la clínica, saludé y me fui a rendir Periodismo Idea. Salí, fui a buscar a la nueva integrante de mi familia, las llevé hasta casa y me retiré al trabajo. Sabía que mi vida había cambiado para siempre.
4 años más tarde…
Martes 07.07.09. Durante todo este tiempo una frase me ha perseguido: Tan jóven.
“Tan jooooooooven y ya una hija” me dicen sorprendidos acá, allá y acá de nuevo.
“¡Pero como puede ser! Ya una hija! Tan jooooooven!” repiten reprochándome.
“Tan jooooooooven y ya una hija” me dicen sorprendidos acá, allá y acá de nuevo.
“¡Pero como puede ser! Ya una hija! Tan jooooooven!” repiten reprochándome.
Sí, tan joven como para ir a la facu, ir a un trabajo, ir al otro, volver a la facu, regresar a mi casa y tener ganas de jugar con mi hija.
Sí, tan joven como para aprender de ella mientras caminamos a la mañana hasta la guardería..”y creí, que todo te debía enseñar y me mostraste como caminar”.
Sí, tan joven como para hacer de Giordano mientras ella desfila.
Sí, tan joven como para inventarle historias todo el tiempo.
Sí, tan joven como para aprender el baile flogger con ella.
Sí, tan joven como para matar “choros” mientras hacemos las compras.
Sí, tan joven como para verla bailar reggeaton.
Sí, tan joven como para conocer el nombre de sus compañeritos.
Sí, tan joven como para alegrarme cuando se divierte viendo dibujitos.
Sí, tan joven como para emocionarme viéndola crecer.
Sí, tan joven como para cantar juntos la canción del Monse*.
Tan joven como para tener fuerzas para pasar de largo estudiando y luego trabajar todo el día…total sé que al final de la jornada me voy a poder acostar al lado de ella y con un beso me demostrará que todo tiene sentido.
Miércoles 08.07.09. Acabo de cumplir 23 años y ahora sé que la frase “Tan joven” no me persigue, me acompaña.
Los dejo porque hay dos personitas que me están esperando para festejar.
Saludos,
*Es un colegio de Cba donde hice el secundario.