viernes, 31 de enero de 2014

Si...

Si entendías mi humor, mi trabajo y mi dolor. Si tocaste mi corazón con tu primer beso. Si lo acariciaste con tus sonrisas intentando sanar mis heridas. Si lo apretaste mientras la pasión nos consumía. Si lo dejaste cada vez que las dudas revoloteaban dentro tuyo. Si lo exprimiste cuando te despediste…


Si no dejaste muecas sin comprender. Si no podía yo hacer un chiste antes que lo supieras. Si no podía cargar a nadie sin sentir que ya me estabas cargando. Si esa complicidad de reirme sabiendo que te ibas a reir por mi intento de hacer reir me persigue día a día como el sol persigue a la luna. Me sofoca. Me saca la respiración solo para darme un poco de aire antes de morir. ¿Será ese mi castigo?

Si destrocé esa independencia con la que creciste. Te di mi mano, mi abrazo y un beso en el hombro que calmó tu dolor. Te mostré que las personas se pueden ayudar y pueden estar ahí, justo ahí cuando las necesitás. Te hice entender que era mi número el que debías recordar cuando te pasaba algo. Porque cuando te pasó, estuve ahí. Siempre. 

Escondés mucho dolor detrás de esa sonrisa”, me dijiste y no pude evitar que el corazón me llorara. “Si supieras lo que sufrí! Si supieras lo que siento! Si supieras lo que pasé! Si supieras lo que vivo!” te grité en silencio con todas mis fuerzas. Mirabas mi mirada buscando entender pero solo encontrabas ojos brillosos tímidos por contar. Nunca fui tan valiente como para confiar. 

Y ahora…ahora que te fuiste a un eterno tatuaje de distancia te llevaste mis sentimientos y con cada recuerdo que me atraviesa sé que esto no pasará. El vacío llena lo que quedó de mí. Lo que quedó de vos en mí.

Si pasó lo que pasó pero yo sigo acá atascado en eso que no termina de pasar…¿qué puedo hacer más que amarte?



0 comentarios:

Publicar un comentario

Criticando...Reflexionando...algo saldrá