domingo, 21 de noviembre de 2010

Llueve




Tres de los mejores cinco momentos de mi vida fueron bajo la lluvia y no por casualidad.

Amo la lluvia. Cuando comienzan a regalarnos agua desde el cielo veo que la gran mayoría baja su mirada y acelera el paso. Yo no. Subo la mirada, disfruto del suave golpe de las gotas contra mi rostro mientras camino lentamente alargando esta placentera sensación. Un escalofrío intenso no deja de recorrer mi cuerpo* hasta que desaparece el escalo y sólo me queda el frío.

La lluvia te hace dar ganas. No importa de que, pero te mueve, te incentiva, te motiva. A algunos les dan ganas de jugar al fútbol, a otros de acostarse tapándose completamente, a otros de ir al cine, a otros de hacer el amor.

Es tan linda que su propio sonido se convierte en melodía universal. ¿A quién no le gusta esuchar la lluvia? Otro de los poderes que tiene, que viene como consecuencia de su acción movilizadora, es el de los recuerdos, el de la constante nostalgia. ¿Quién no se besó bajo la lluvia? Vos? bueno, hacelo. Es como si desde el cielo no sólo cayeran gotas de agua, caen recuerdos, caen momentos, caen aromas, caen imágenes, caen personas, caen preguntas, caen respuestas.

*tras esa frase me sentí autor de un blog porno.

Corto con mi lógica de cerrar los post con videos ilógicos y les dejo este:

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