“Voy a crear el Tiki Tiki de Judas”, decía entre risas y llantos. Corrían las últimas derrotas del Ceibo en el Torneo Premium cuando un jugador rústico y con más rojas que goles soñaba con un nuevo equipo. Pasó el tiempo, vino la eliminación en Premium, un par de amistosos vividos entre derrotas y victorias, pero no había caso… no tomábamos forma.
Nos inscribimos en uno de fútbol 5, pero no me aceptaron el cambio de nombre. Seguimos jugando fútbol 7, pero amistosos en Don Balón y ahí sí empezamos a pensar más en el compañero que en el arco contrario. Era Tiki de acá a Tiki de allá. Tiki, Tiki, Tiki. El rústico se adueñó de la mitad de cancha y sin temor empezó a mirar el arco contrario, más goles que rojas lo llenaron de confianza. El goleador dormido la metía desde todos lados; eso sí, sin resignar el pase. Primero el pase, luego el gol. Un suplente con pobres antecedentes se consolidaba como titular y sorprendía con una gambeta corta, efectiva y goles importantes. Abajo, un basquetbolista demostraba que era grande no sólo por su tamaño. A su lado, un nuevo integrante con un hacha siempre disponible, nos tranquilizaba ya que podíamos contar con alguien con tres pulmones y con una marca incansable. El arco se encogía a medida que nuestro arquero se agrandaba. Empezaba a confirmar lo que siempre insinuó. La base ya estaba armada.
El Tiki Tiki, tras un par de victorias irrefutables, se inscribía en un torneo. Tímidamente llegamos a la primera fecha y casi entre desconocidos comenzamos a soñar. Cuatro amigos, un primo de un amigo, un amigo del primo del amigo y un ex rival...casi con suerte llegamos ser 7. Estuvimos juntos por primera vez, ni remeras teníamos. Tuvimos que pedir prestadas unas. Suplentes? Mejor ni preguntar. El equipo contrario hasta hinchada tenía.
Para sorpresa de propios y extraños, el equipo se entendió a la prefección. Tiki Tiki. Tiki a Tiki. 1,2,3,4 goles y a cobrar. Tomá hacelo vos, no hacelo vos. Tiki Tiki. Una orquesta afinada en su primer ensayo. Entre sorpresa y alegría comenzamos a felicitarnos y a buscar las razones por tremendo partido. A los cinco anteriores, los otros dos que se sumaron fueron el defensor más lírico del torneo y un beisbolista apodado el Rooney cordobés…potencia, goles y gambeta, en ese orden.
Ya para la segunda fecha, se sumó el denominado “Sexto Hombre”, el suplente de lujo como le decían a Manu Ginóbilli. Nos dio aire, tranquilidad y, también, goles. Sumado ya, el hacha de tres pulmones el equipo estaba completo. Uno, dos, tres, cuatro…8 a 2 y otra vez el sonido armonioso de los violines inundaron las instalaciones del San Pedro Apostol.
Filosofía de vida
“Es una forma de vivir” nos dijo un Tiki tikense lesionado que nunca pudo debutar. Y es así. Se trata de compañerismo, de solidaridad, de colaboración, de predisposición y, aunque nos cueste, de humilidad.
Fueron pasando los partidos y victoria tras victoria no sólo nos afianzábamos en la punta sino, y sobre todo, nos afianzábamos como grupo. El partido era tan importante como el alfer. Unos choris en el puesto más cheto de Córdoba o unas pizzas en Nva Cba son algunos de los lugares frecuentados.
No sólo vamos a jugar al fútbol. Vamos para vernos la cara, para reirnos del chiste ocasional, el chiste fácil. Vamos para hacer Tiki Tiki antes de comenzar y ver como el hacha va fuerte hasta en el loco. Hablamos un par de cosas técnicas y ya empezamos a jugar. El juego lindo no lo perdimos pero si ganamos en carácter, actitud y control.
La mayor diferencia que veo con otros equipos es que en este todos hablamos pero unos pocos dirigen, siempre en consonancia con lo que exige el grupo. Elegimos quiénes juegan, cómo jugamos, etc.
Vamos Tiki a Tiki, disfrutando cada partido, cada semana, cada chat, cada post, cada foto, cada charla y eso es lo bueno. Volver a disfrutar del fútbol es impagable y gracias a este equipo, lo logramos.
Queda la última fecha y pase lo que pase, sé que al finalizar el torneo todos habremos ganado.
Saludos!
PD: Les dejo el video que nos dedicó este grupo de cumbia liderado por el primo de Ricky Maravilla (sí, ya sé que lo arruiné pero bue, me lo pasaron los chicos y me obligaron a ponerlo).
Nos inscribimos en uno de fútbol 5, pero no me aceptaron el cambio de nombre. Seguimos jugando fútbol 7, pero amistosos en Don Balón y ahí sí empezamos a pensar más en el compañero que en el arco contrario. Era Tiki de acá a Tiki de allá. Tiki, Tiki, Tiki. El rústico se adueñó de la mitad de cancha y sin temor empezó a mirar el arco contrario, más goles que rojas lo llenaron de confianza. El goleador dormido la metía desde todos lados; eso sí, sin resignar el pase. Primero el pase, luego el gol. Un suplente con pobres antecedentes se consolidaba como titular y sorprendía con una gambeta corta, efectiva y goles importantes. Abajo, un basquetbolista demostraba que era grande no sólo por su tamaño. A su lado, un nuevo integrante con un hacha siempre disponible, nos tranquilizaba ya que podíamos contar con alguien con tres pulmones y con una marca incansable. El arco se encogía a medida que nuestro arquero se agrandaba. Empezaba a confirmar lo que siempre insinuó. La base ya estaba armada.
El Tiki Tiki, tras un par de victorias irrefutables, se inscribía en un torneo. Tímidamente llegamos a la primera fecha y casi entre desconocidos comenzamos a soñar. Cuatro amigos, un primo de un amigo, un amigo del primo del amigo y un ex rival...casi con suerte llegamos ser 7. Estuvimos juntos por primera vez, ni remeras teníamos. Tuvimos que pedir prestadas unas. Suplentes? Mejor ni preguntar. El equipo contrario hasta hinchada tenía.
Para sorpresa de propios y extraños, el equipo se entendió a la prefección. Tiki Tiki. Tiki a Tiki. 1,2,3,4 goles y a cobrar. Tomá hacelo vos, no hacelo vos. Tiki Tiki. Una orquesta afinada en su primer ensayo. Entre sorpresa y alegría comenzamos a felicitarnos y a buscar las razones por tremendo partido. A los cinco anteriores, los otros dos que se sumaron fueron el defensor más lírico del torneo y un beisbolista apodado el Rooney cordobés…potencia, goles y gambeta, en ese orden.
Ya para la segunda fecha, se sumó el denominado “Sexto Hombre”, el suplente de lujo como le decían a Manu Ginóbilli. Nos dio aire, tranquilidad y, también, goles. Sumado ya, el hacha de tres pulmones el equipo estaba completo. Uno, dos, tres, cuatro…8 a 2 y otra vez el sonido armonioso de los violines inundaron las instalaciones del San Pedro Apostol.
Filosofía de vida
“Es una forma de vivir” nos dijo un Tiki tikense lesionado que nunca pudo debutar. Y es así. Se trata de compañerismo, de solidaridad, de colaboración, de predisposición y, aunque nos cueste, de humilidad.
Fueron pasando los partidos y victoria tras victoria no sólo nos afianzábamos en la punta sino, y sobre todo, nos afianzábamos como grupo. El partido era tan importante como el alfer. Unos choris en el puesto más cheto de Córdoba o unas pizzas en Nva Cba son algunos de los lugares frecuentados.
No sólo vamos a jugar al fútbol. Vamos para vernos la cara, para reirnos del chiste ocasional, el chiste fácil. Vamos para hacer Tiki Tiki antes de comenzar y ver como el hacha va fuerte hasta en el loco. Hablamos un par de cosas técnicas y ya empezamos a jugar. El juego lindo no lo perdimos pero si ganamos en carácter, actitud y control.
La mayor diferencia que veo con otros equipos es que en este todos hablamos pero unos pocos dirigen, siempre en consonancia con lo que exige el grupo. Elegimos quiénes juegan, cómo jugamos, etc.
Vamos Tiki a Tiki, disfrutando cada partido, cada semana, cada chat, cada post, cada foto, cada charla y eso es lo bueno. Volver a disfrutar del fútbol es impagable y gracias a este equipo, lo logramos.
Queda la última fecha y pase lo que pase, sé que al finalizar el torneo todos habremos ganado.
Saludos!
PD: Les dejo el video que nos dedicó este grupo de cumbia liderado por el primo de Ricky Maravilla (sí, ya sé que lo arruiné pero bue, me lo pasaron los chicos y me obligaron a ponerlo).
0 comentarios:
Publicar un comentario
Criticando...Reflexionando...algo saldrá